Por un lado, están los estereotipos. Esa imagen de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como hombres y mujeres invulnerables, capaces de hacer frente a la situación más traumática sin pagar factura alguna. Frente a ellos, el tabú a reconocer el impacto en lo emocional de cualquier incidente del día a día.
“Hay quien piensa que esas situaciones traumáticas que pueden a afectar a la salud mental van en el sueldo de los agentes, pero no es así”, explica Fernando Alameda, técnico del Servicio de Vigilancia de la Salud de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales y Protección Socio-sanitaria de la Policía Nacional y que este martes ha intervenido en el Congreso Nacional ‘Seguridad y salud’ que se celebra en la UR.
Alameda, psicólogo de formación, ha explicado que se centra en el análisis de la salud mental de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía. “Los episodios más frecuentes suelen estar relacionados con el estrés, ya sea en el ámbito laboral o personal. Nosotros abordamos la salud mental de manera integral”, apuntaba a los medios de comunicación poco antes de abordar en el congreso las técnicas de debriefing y defusing.
“Si se detecta cualquier indicio de patología, hay un seguimiento de 24 horas por el equipo de atención psicosocial”, asegura Fernando Alameda, técnico de Vigilancia de la Salud de la Policía Nacional
“Son técnicas preventivas, grupales, en las que nosotros formamos a todas las escalas de policía para bordar todo aquello que es ámbito personal pero que interfiere en lo personal”, apuntaba Alameda destacando que son técnicas que, una vez dominadas, “permiten abordar situaciones complicadas con estrés acumulado. Así, ante un incidente crítico, una situación calamitosa, nos expongamos al resto de compañeros y se airea todo lo emocional”.
Pese a todo ese trabajo, ha concluido, “aún hay mucho tabú” por lo que es fundamental la prevención: “Si se detecta cualquier indicio de patología, hay un seguimiento de 24 horas por parte del equipo de atención psicosocial”.
Por cuestiones obvias, por su carácter excepcional y por el perfil de sus intervenciones, los agentes del Grupo Especial de Operaciones, los GEO, están especialmente expuestos a situaciones de estrés máximo. Fernando Pascual Muñoz, inspector jefe de los GEO, explicaba que “se tienen que enfrentar a incidentes que salen del ámbito de lo cotidiano y que generan situaciones de estrés. Intentamos rebajar esos niveles para que seamos capaces de pensar racionalmente y de dar una respuesta lo más adecuada posible”.
Para conseguirlo, Pascual Muñoz considera que es fundamental “el entrenamiento, intentando echar a la mochila de la experiencia los recursos que nos pueden hacer falta. Cuanto más entrenemos, más recursos tendremos. Además, cada misión es una experiencia más. El cerebro también tira de esos recursos cuando tiene situaciones similares".
En su trayectoria profesional, ha completado, “las situaciones más estresantes son las primeras”, las operaciones realizadas tras finalizar el curso de acceso a este cuerpo de élite de la Policía Nacional. “No tienes experiencia y en aquellos primeros servicios y es cuando sientes más las consecuencias del estrés, esa respiración agitada, la tensión…”. Superarlo, “depende de cada persona. Más allá del entrenamiento, el tipo de personalidad, el estilo de trabajo, tus motivaciones… todo influye”.
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